Existen millones de oficinas bancarias en el mundo, lo mismo que miles de entidades bancarias que trabajan en el sector. El avance de las tecnologías y el hecho de que los bancos establecen relaciones comerciales para el pago de dineros por parte de sus clientes, hizo que se crearan estándares o nomenclaturas para poder identificar tanto a los mismos bancos como a las mismas oficinas que estos poseen.
El denominado código de oficina es en esencia el numero distintivo que tiene una oficina, dentro del catalogo de sucursales que propiamente posee una entidad bancaria. Por ejemplo, en España, el Banco Santander posee diversas oficinas a nivel nacional, algunas están en Madrid, otras en Barcelona y otras en Bilbao.
Una estructura para establecer orden y control
Por simple lógica de mantener un orden, organización y estructuración, el mismo banco debe crear sus propios códigos diferenciadores para así poder realizar transferencias dentro de sus propias sedes. Si uno de sus clientes desea realizar una transferencia de su cuenta ubicada en Madrid a uno de sus familiares que reside en Valladolid, entonces el banco procede a realizar dicha gestión, tomando como referencia no solo el código de la cuenta del familiar ubicado en dicha ciudad, sino también la oficina misma donde se creó la cuenta.
El código de oficina, hace parte del segundo bloque de dígitos que dan forma al Código Cuenta Cliente. En total representa a cuatro dígitos que fortalecen la originalidad de cada número y su respectiva asociación única a un cliente propietario de la cuenta.
El código de oficina y el sistema EDI
Este sistema organizacional con el que trabajan los bancos, empezó a tener un enorme peso, cuando a partir de la década de los 80, las instituciones bancarias comenzaron a trabajar con el sistema de EDI que en inglés representa Electronic Data Interchange, o bien, Intercambio Electrónico de Datos. Este sistema propuso el hecho de que las cuentas bancarias estuviesen respaldadas por un sistema digital bastante fiable, lo que facilitaría los procesos de transacciones bancarias.
Por eso, cuando se empezaron a realizar transacciones bancarias internacionales a través de sistemas digitales, se requirió de un sistema de nomenclatura realmente avanzado y preciso para así favorecer a dichos procesos del modo más seguro y efectivo. Es imprescindible tener en cuenta aquí, que para la optimización de estas transacciones a nivel mundial, se tuvo que añadir el código IBAN, el cual permite identificar de qué región de mundo proviene un monto determinado de dinero.
Más allá de un código
La estructura organizacional que representan los códigos bancarios, han permitido con el avance de las tecnologías, que las cuentas de los clientes sean cada vez más personalizadas y pueda hacerse procesos de análisis de seguridad más certeros.
En un mundo donde el sector del mercado bancario puede ser vulnerado en términos de ataques cibernéticos, cada digito diferenciador marca una interesante pauta en materia de control y gestión de los dineros que posee un banco determinado.
El código de oficina, se convierte así en uno de los pilares fundamentales para que el orden impere en los bancos y se puedan realizar gestiones administrativas de excelente calidad.