El Consejo Superior Bancario inició en 1979 la normalización del “Número de Identificación Bancaria”, en el folleto 37 de la Serie de Normas y Procedimientos Bancarios, para identificar cuentas bancarias, especialmente cuentas corrientes, cuentas de crédito y cuentas de ahorro, pero cuya estructura, posteriormente, se ha empleado para la identificación de otras operaciones utilizando el mismo formato con identificadores singulares dentro del código. Posteriormente, cambió su denominación a “Código Cuenta Cliente” (CCC), normalizándose en la segunda edición del citado folleto aprobada el 20 de abril de 1993. Dicha normalización ha sido adoptada por la AEB, CECA y UNACC, e impuesta por el Banco de España en los Subsistemas generales de cheques y pagarés de cuenta corriente y de transferencias.
El inconveniente de las transferencias internacionales con tu banco
Cada vez que envías o recibes una transferencia internacional con tu banco, es muy probable que acabes
perdiendo dinero con un tipo de cambio malo que te condicione a pagar comisiones ocultas. Y esto ocurre
porque los bancos todavía usan un sistema antiguo para intercambiar dinero. Nuestra recomendación es
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En definitiva, el CCC lo que identifica es una cuenta determinada de un cliente, por lo que no es un código único por cliente. Se trata de un código único e irrepetible que se asigna en el momento de la apertura de una cuenta y en su utilización están basados actualmente todos los sistemas de compensación interbancarios, por lo que su uso correcto es imprescindible para realizar operaciones con rapidez y seguridad.
El código CCC es de uso universal en las relaciones interbancarias y de los clientes con las entidades y viceversa, ya que sin su empleo resulta imposible la canalización de los flujos de operaciones dado el elevado grado de automatismo con el que las mismas se realizan actualmente. Así no pueden incluirse en los sistemas de intercambio en soporte magnético o en el SNCE documentos, cheques, pagarés o transferencias sin CCC. De igual modo, en el ámbito empresarial el uso de este código resulta indispensable en las relaciones, no sólo con las entidades bancarias y financieras, sino también con clientes y proveedores, puesto que todos los medios de cobros y pagos al ingresar en los circuitos bancarios deben incluir el mismo.
En España, la sigla CCC, se refiere al concepto de Código Cuenta Cliente. Fue introducido en el mercado de las entidades bancarias en la década de los 80, de modo que se favoreciera el Intercambio Electrónico de Datos. En esencia se trata de un código de hasta 20 dígitos, que permite realizar una diferenciación total entre la cuenta de un cliente y otro.
La estructura de este código es la siguiente: EEEE OOOO DD NNNNNNNNNN.
Donde,
EEEE: equivale al Código de Entidad, es decir, al número con el cual se reconoce a una entidad bancaria en particular de España.
OOOO: se refiere a los dígitos con el cual se identifica el Código de la Oficina. Es decir, en tanto un banco posee diversas sucursales a nivel nacional, es necesario organizarlas y definirlas bajo un propio número diferenciador.
DD: viene a ser los denominados Dígitos de control. Estos dos dígitos son los que validan la utilidad del CCC.
NNNNNNNNNN: finalmente, este grupo de diez dígitos representa al número de cuenta del cliente. Gracias a este número único, el usuario y/o cliente de la identidad bancaria tiene la seguridad de que cada depósito bancario que realice a dichos dígitos se verá reflejado en dicha cuenta.
Cálculo de los Dígitos de control del CCC
Para el cálculo de cada uno de los dos dígitos citados en el apartado anterior se emplea el módulo 11. Por consiguiente, la suma de los productos obtenidos de multiplicar las cifras de las informaciones a verificar por sus correspondientes pesos, se divide entre 11. La diferencia entre el resto obtenido de la división y 11 será el dígito de control correspondiente. Dado que este control está computado por una sola cifra, si el dígito de control resultante fuera 10, se aplicará en su lugar el dígito 1, y si fuera 11, el 0.
Los pesos utilizados son los mismos para el cálculo de los dos dígitos y son comenzando por las unidades: 6, 3, 7, 9, 10, 5, 8, 4, 2 y 1, si bien los 3 últimos no tienen utilidad para calcular el dígito entidad-oficina.
La importancia del CCC en el mercado bancario
La estructura de este código, lo que busca es definir un tipo de estándar que permita diferenciar cada cuenta de su respectivo cliente. Dada el largo número de dígitos, en el momento existen disponibles una alta gama de combinaciones, las suficientes para darle una cuenta bancaria a cada ciudadano español, evitando así llegar a confusiones.
Precisamente, en ello radica el elemento diferenciador que implica el código de la sucursal, en tanto este ofrece una combinación extra de lo que ya supone propiamente una entidad bancaria.
Todo este enfoque relativo al código es más que necesario hoy en día, ya que así se pueden realizar todo tipo de transferencias bajo la fiabilidad de que éstas llegarán a sus destinos. En la optimización de las transferencias electrónicas bancarias se ha trabajo mucho durante las últimas décadas, por lo que los recursos actuales brindan su total seguridad gracias a las posibles combinaciones de estos números.
El código de cuenta cliente también está asociado al IBAN, un código estandarizado que es utilizado por diversas entidades bancarias a lo largo y ancho de Europa y buena parte del resto del mundo.
Códigos homologas al CCC
El CCC, como código de identificación de cuentas bancarias, es homologo del NIB, que es un código de 21 dígitos utilizado en el mercado bancario de Portugal. Mientras tanto para Francia, el denominado código RIB tiene una extensión de hasta 24 dígitos.
Esa es la razón por la que al implementar el recurso que propone el Código IBAN, las transferencias son totalmente fiables, ya que éstas son almacenadas de manera digital y teniendo en cuenta la estructura del código es posible analizar de que país es originaria la transferencia, lo mismo que el banco, la oficina y el nombre mismo de la persona propietaria de la cuenta.